En ocasiones olvidamos que estamos para servir al cliente y que es éste precisamente, quien marcará las pautas de sus gustos y sus preferencias para que nosotros las satisfagamos.
Se nos olvida también que cuando el cliente entra a nuestro negocio es porque de alguna manera ha hecho una elección y nos corresponde agradecer esa preferencia con un trato único y especializado.